El reencauche, una gran oportunidad
Muchas veces, sin darnos cuenta, no entendemos que las cosas tienen una segunda oportunidad. Y en el caso de las llantas, hasta cinco, algo que infortunadamente desconocemos, quizás porque no se le ha dado la importancia al llamado reencauche, una práctica que sin duda alguna trae muchos beneficios ecológicos y de igual manera una gran rentabilidad, pues al hacerlo de forma correcta y con las empresas profesionales, se pueden reducir considerablemente los costos operacionales, es decir, mayor platica en el bolsillo.
Es claro que una llanta es un producto que está sujeto al desgaste, especialmente en su banda de rodamiento, pero cuando se siguen las recomendaciones de los fabricantes y se les da un uso adecuado, su casco mantiene una vida útil que generalmente puede soportar hasta cinco reencauches. Incluso, en Guatamela, sacan pecho al afirmar que se logró un récord de 14.
Entendiendo lo anterior y conscientes de su responsabilidad social, Bridgestone en Colombia, a través de Bandag y teniendo como soporte a Servireencauche, le ha dado un espaldarazo al reencauche, al punto que en el país ya pueden afirmar que cuentan con tres plantas: una en Cúcuta, otra en Medellín y una tercera en Mosquera, Cundinamarca, muy cerca de Bogotá. Plantas que el año pasado intervinieron más de 36.000 llantas (transporte liviano y pesado), con lo que dicen ellos “estamos cumpliendo con la misión de servirle a la sociedad”.
¿Pero por qué no hay una mayor conciencia de esta práctica, si trae tantos beneficios? Los representantes de Bridgestone consideran que quizás por “falta de conocimiento y porque se cree que no garantiza la misma seguridad que una llanta nueva, algo que no es cierto, pues si se hace un trabajo profesional (como en Bandag) el transportador puede tener la certeza que va a contar con un producto de calidad. Si bien en el país hay cerca de 50 empresas que cumplen con la norma técnica (5384), hay otras que no lo hacen. Por eso es importante cerciorarse que quien intervine una llanta lo hace con todo el profesionalismo del caso”.
Se podría de decir que de 100 llantas, sólo el 25% llegan al proceso de reencauche, una cifra que por el momento está muy por debajo de otros países de la región, algunos de los cuales ya alcanzan el 50%, por lo que queda en evidencia que todavía hay un gran trabajo por recorrer y un gran potencial, algo que ha entendido Bridgestone a la perfección.
También es importante tener en cuenta que no todas las llantas están sujetas al reencauche y por eso en Bandag, antes de entrar al proceso de reencauche, se hace una revisión completa de siete rotaciones para verificar el estado del casco, pues el mismo, por decirlo de laguna manera, es el esqueleto de la llanta y el que va a estar sometido a diferentes presiones.
Una vez se le da el visto bueno la llanta entra a un proceso de ‘limpieza’, pues se retiran las piedras, clavos o otra serie de elementos. De igual manera se hace un trabajo de raspado y posteriormente se llega a una etapa reparación y relleno, para después darle cabida al embandado, proceso que termina con una intervención de vulcanización con calor y presión (cámaras especiales), para luego entrar a la revisión final.
Un operario puede realizar entre cinco o seis llantas al día, trabajo que contribuye a mitigar los efectos contaminantes de este producto. Para la muestra un botón. Para la construcción de una llanta nueva se requieren 22 galones de petróleo, mientras que para el reencauche tan sólo site, una cifra considerable que bien vale la pena ser tenida en cuenta.
Así que si su camión o vehículo de trabajo está cerca de ‘pedilre’ un juego de llantas, no lo dude, y toque las puertas de Servireencauche, porque allí puede encontrar una solución muy interesante, que no sólo le permitirá contribuir un ambiente más sano y limpio, sino además le servirá para alivianar los costos de operación y sumar para que su negocio sea más próspero y rentable.
