Se mueve el ‘Gran Circo’

Por algo le llaman el ‘Gran Circo’ y como tal requiere de grandes shows para mantener la atención de los aficionados, de noticias, de revulsivos… El dominio contundente de Max Verstappen la temporada pasada, desde mi punto de vista, de alguna manera termina por quitarle interés a la categoría, pues haciendo un símil, es como cuando uno ya sabe quién es el culpable en una película de suspenso.

Así que el anuncio prematuro de la llegada de Lewis Hamilton a Ferrari (2025), algo impensado hace algunos días, se convierte en un gran movimiento mediático y en la ‘comidilla’ que se extenderá durante todo el año, con los por qué sí y con los por qué no. Desde la salida de Schumacher, Ferrari no ha podido consolidar un gran proyecto y quizás por eso se la juega con un campeón mundial, de amores y odios, como en su momento, aunque por otras circunstancias, lo fue el alemán, hoy resguardado en su hogar y blindado de cualquier especulación sobre su estado de salud.

Para Hamilton está la tarea de conquistar a los ‘tifosi’, algo que no es nada fácil. Michael, alemán, lo logró a su manera, y parte de su éxito es que logró unir sentimientos y ser el líder de una gran “familia”, en la que la lealtad resulta fundamental. Parte de eso lo entendí cuando fui editor para Colombia de F1 Racing, la revista especializada que editamos junto con la familia Pearl en la época de Juan Pablo Montoya.

Y en una de las ediciones llegó un artículo en el que se hablaba de la relación de Schumacher con la ‘Scudería’ y en él mismo el cronista destacaba que Michael se hizo querer no solo por sus actuaciones en la pista, sino por su manera de ser y trato a todos los miembros del equipo. Resaltaban en el escrito que el alemán, de manera prodigiosa, se sabía el nombre de todos, incluso el de sus esposas e hijos y que eran repetidas las ocasiones en las que llegaba de manera sorpresiva a la fábrica con más de 40 pizzas, con el objetivo de compartir un espacio de tiempo con los ingenieros y operarios.

Así que Michael, muchas veces llamado “prepotente” por algunas declaraciones y actitudes, tenía su espacio para la humildad y la ejercía, quizás, con quienes fueron artífices de sus grandes logros. Amanecerá y veremos si algo parecido sucede con Lewis Hamilton, porque definitivamente las conquistas, en cualquier aspecto de nuestras vidas, se da con miel y no con hiel…

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