Se silencia la planta de GM-Colmotores

Hoy hay suficientes motivos para que la tristeza y la nostalgia se apoderen de nuestros corazones. Porque habría que ser de palo o insensible para no solidarizarse con esa gran familia de General Motors-Colmotores en el país, que hoy anunció a los cuatro vientos que su planta del sur de Bogotá dejará de funcionar.

Apagar las máquinas y ver cómo la vida de miles de metros cuadrados se silencia con una firma, que la vida o el destino quiso que fuera la de Santiago Chamorro, un joven que llegó a ese lugar con muchas ilusiones hasta alcanzar la cima, resulta difícil de asimilar, pues quedan muchas historias atrás y un sinnúmero de acontecimientos que contribuyeron para que la industria automotriz colombiana se hiciera importante en la economía nacional.

A quien esto escribe le tocaron un sinnúmero de visitas, muchas de las cuales se pierden en la memoria, pero entre ellas hay algunas que permanecen, como cuando se nos mostró la llegada de los robots a la zona de soldadura. O también recuerdo con especial atención cómo un Cobalt de color azul bajó de los aires, sostenido por el brazo de una grúa, para anunciar la inauguración de la planta de estampado de Zoficol.

En repetidas ocasiones también tuve acceso a la oficina presidencial para conversar con sus presidentes, como Eduardo Bayón, Pablo Ross, Jorge Mejía y el mismo Santiago Chamorro, solo por mencionar algunos. Viene a mi memoria también una jornada especial en la que se me permitió ser operario por un día en la zona de pintura, compartiendo el día a día con los operarios y tantos momentos vividos en ese lugar, que reitero, hoy debe “sonar fuerte”, no por el ruido de sus máquinas, sino por el del silencio, que cuando se presenta resulta siendo más contundente.

Hoy no me queda sino darles las gracias a todos los que en su momento y desde su orilla le permitieron a este periodista dinosaurio ser parte de la familia del corbatín en su planta de ensamblaje. Como lo dice uno de sus eslogan, hoy están buscando nuevos caminos, como en su momento lo hizo otra de las marcas de las querencias, la japonesa Mazda. La noticia preocupa y golpea. Solidaridad con todos los empleados y con toda la cadena afectada, que se cuenta por miles. Hoy me pongo el corbatín para decir que en estos momentos difíciles estoy presente, porque en los de gloria sí que resulta fácil estar…

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