El Grupo Renault lanzará ambiciosa oferta de nivel 4 de vehículos autónomos para el transporte público

El Grupo Renault tiene una visión pragmática de la tecnología, basada en el principio de que la innovación sólo tiene sentido si es compartida, económicamente accesible y realmente útil para el mayor número posible de personas. Los avances tecnológicos permiten hoy ofrecer funciones de asistencia al conductor y de delegación cada vez más eficaces y adaptadas a los diferentes tipos de vehículos y usos.
Para los vehículos individuales, el Grupo Renault ya ofrece una asistencia a la conducción de alto nivel en la mayoría de sus modelos, proporcionando confort y seguridad. Una mayor automatización de algunas funciones, con el objetivo de lograr la autonomía completa del vehículo, parece poco probable por el momento, dada la normativa actual, las expectativas de los clientes y el coste de la compleja tecnología implicada.
En el ámbito del transporte público, el Grupo Renault quiere ser un verdadero actor de la movilidad sostenible y autónoma. Para ello, el Grupo está desarrollando una plataforma de miniBus eléctrica, robotizada y preequipada que albergará diversas soluciones de automatización de socios especializados.
Las experimentaciones están en marcha desde hace varios años y otras están a punto de anunciarse, en particular con WeRide, experto mundial en vehículos autónomos, con una primera demostración de transporte público en condiciones reales dentro de unos días durante el torneo de tenis Roland-Garros 2024.
Existe un consenso internacional en torno a 6 niveles de “conducción automatizada y autónoma”, que van desde el nivel L0, sin ninguna ayuda a la conducción, hasta el nivel L5, el último nivel en el que el vehículo sería totalmente autónomo, en todas las situaciones y sin ningún operador a bordo.
En el caso de los vehículos individuales, el Grupo Renault concentra sus esfuerzos en el nivel L2 o incluso L2+, con varias asistencias a la conducción que se sitúan en el nivel superior del mercado y que hacen que sus vehículos sean seguros y agradables de conducir con confianza, como el control de crucero contextual o la ayuda al mantenimiento de carril, o próximamente la función de adelantamiento automático. Aunque asistido, el conductor sigue siendo responsable de la conducción.
Entre la automatización de nivel L2 y la autonomía de nivel L3 existe una importante brecha de complejidad tecnológica, ya que el vehículo debe ser capaz de funcionar con seguridad en entornos complejos con una supervisión limitada del conductor. En esta fase, el coste inducido que deben soportar los clientes, en relación con las ventajas de conducción, haría que la demanda fuera insuficiente o incluso anecdótica.
Al mismo tiempo, el Grupo se asegura de que la arquitectura de sus vehículos pueda evolucionar hacia el coche autónomo si las expectativas, la reglamentación o el coste de las tecnologías hacen factible este avance.
Por otra parte, en lo que se refiere al transporte público, el Grupo Renault ve la pertinencia de ofrecer vehículos autónomos, con una necesidad anual estimada en varios miles de miniBus en los próximos años.
El miniBus autónomo, una solución pertinente y necesaria para el transporte público
En Europa, más de 400 grandes ciudades se convertirán progresivamente en zonas de bajas emisiones, sin dejar por ello de garantizar la movilidad de sus poblaciones.
Convencido de los beneficios del transporte público autónomo, el Grupo Renault lleva varios años realizando pruebas para definir la mejor respuesta a las necesidades de las autoridades locales, como el “proyecto Mach 2” anunciado en 2023, que a partir de 2026 verá una flota de minibuses eléctricos automatizados integrados en la red de transporte público de Chateauroux Metropole (Francia).
En última instancia, estas pruebas llevarán al Grupo Renault a ofrecer una plataforma de miniBus eléctricos robotizados basada en el Nuevo Renault Master, capaz de integrar soluciones de automatización de socios especializados como EasyMile, Milla y WeRide.
Más flexibles, los miniBuses autónomos podrán funcionar 24 horas al día, 7 días a la semana, con total seguridad y constituirán una alternativa de cero emisiones o un complemento eficaz a las soluciones existentes (tren, tranvía, autobús) en términos de costes y de CO2/km.pasajero. Los costes adicionales de robotización y automatización podrían compensarse con la ausencia de operadores a bordo. Será necesario un sencillo sistema de supervisión a distancia para operar una flota de vehículos.
El Grupo Renault inicia hoy una nueva colaboración con WeRide, experto mundial en conducción autónoma, para el despliegue comercial a gran escala de vehículos con un nivel de autonomía L4, es decir, capaces de gestionar situaciones de conducción por sí solos, dentro de un dominio operativo definido, con supervisión a distancia, pero sin operador a bordo.
Cuando, en 2018, Alliance Ventures[1] invirtió en la incipiente empresa WeRide, que entonces soplaba su primera vela, anticipó la fuerte necesidad futura de movilidad autónoma colectiva. Desde entonces, WeRide se ha convertido en un referente mundial de vehículos autónomos, con más de 700 vehículos autónomos en servicio (incluidos 300 minibuses) que han recorrido más de 28 millones de km en Asia, Oriente Medio y Norteamérica… y pronto en Europa de la mano del Grupo Renault.
“El Grupo Renault avanza en la aplicación de su estrategia de vehículos autónomos. Como resultado, gracias a nuestros experimentos y a nuestros socios, los mejores en sus campos, estaremos en condiciones, mucho antes del final de esta década, de proponer una gama muy pertinente de miniBuses autónomos y bajos en carbono para responder a las necesidades crecientes de las regiones”, Gilles Le Borgne, Director Técnico del Grupo Renault
Como socio Premium del torneo, Renault innova con WeRide poniendo en marcha una prueba de lanzaderas eléctricas y autónomas que facilitarán el acceso al estadio de Roland-Garros, demostrando al mismo tiempo la madurez de las nuevas tecnologías para los servicios de transporte público automatizados.
De 11.00 a 19.00 horas, del 26 de mayo al 9 de junio de 2024, este servicio experimental llevará a los pasajeros desde el aparcamiento P2 (situado en las afueras del Bois-de-Boulogne) hasta el estadio de Roland-Garros. Y, al final de los partidos, para salir de Roland-Garros hacia la plaza de la Porte d’Auteuil o de vuelta al aparcamiento P2.