Que viva la lluvia…

El ‘Gran Circo’ de la velocidad subió el telón para su primera función en Australia y de qué manera. Lo hizo cargado de incertidumbres y con un ingrediente especial, que en el automovilismo sí que pesa, el de la lluvia, que le puso picante a la victoria del británico Lando Norris, un nombre fácil de pronunciar y con buena recordación, el hombre de McLaren y que a sus 25 años está mostrando madurez, algo que a veces se hace necesario para subir al primer escalón del podio, como sucedió en Melbourne, en el que tuvo como compañeros de celebración al actual campeón del mundo, el holandés Max Verstappen (Red Bull) y al alemán de Mercedes, George Rusell.
Y si no que lo diga el joven debutante francés Isack Hadjar, el de Racing Bulls, que ni siquiera pudo completar la vuelta de formación, quedando por fuera de competencia, y ‘bañado’ en lágrimas, en medio de la impotencia, porque como dicen algunos, esto no es un juego sino Fórmula Uno, señoras y señores, la categoría reina, un iceberg que solo deja ver su puntica y tan solo a 20 artistas, pues en su base existen miles que quieren llegar a la cima pero no lo consiguen y sus nombres nunca salen a la superficie.
O también podría ponerse como ejemplo a Óscar Piastri, el local, el mismo que en condición de novato se quedó con los títulos de la Fórmula 3 y Fórmula 2, lo que le valió para ser tenido en cuenta por McLaren, que lo reclutó en en 2023, pero que en esta ocasión se dejó llevar por los deseos de salir victorioso ante su público y perdió el control del monoplaza, pero más que eso, la oportunidad de estar al lado de su compañero en el podio y tuvo que resignarse a ser noveno y sumar tan solo dos unidades.
La lluvia fue protagonista y de qué manera, dejando por fuera a seis de sus artistas, pues también le cobró factura a otro debutante, Jack Doohan, el hijo del múltiple campeón de motociclismo y quien lleva ‘velocidad’ en sus venas, y también lo hizo con experimentados como Carlos Sainz y Fernando Alonso, al igual que con otros nuevos aspirantes, como Gabriel Bortoleto y Liam Lawson.
Sin lluvia, quizás el GP de Australia hubiese sido diferente, sin drama y con un dominio claro de los pilotos de McLaren, mostrando una superioridad en las primeras de cambio, sin que los demás rivales los pudieran contener. Incluso, no le hubiera dado la oportunidad de liderar a Lewis Hamilton la carrera, cuando todo se puso patas arriba por culpa de la lluvia y en medio de ese juego de compuestos de los neumáticos, que lo catapultó de carambola a la primera posición, pero de manera efímera, porque por lo visto todavía no es el momento de Ferrari.
¿Lo será de McLaren y Lando Norris? Prematuro decirlo y más cuando de por medio está Max Verstappen, a quien la experiencia le ha mostrado que los títulos no solo se construyen con victorias, sino también sumando puntos cuando se hace necesario. El circo itinerante sigue su camino y ahora se irá con sus artistas a Shangai entre el 21 y 23 de marzo, sin mucho tiempo de respiro y solo dándole la oportunidad a las escuderías de trasladar sus corotos a otro continente. Pero ojalá allá vuelvan las sorpresas y las incertidumbres, porque ellas son las que hacen que la ‘Gran Carpa’ sea considerada como uno de los mejores espectáculos del deporte mundial, con millones de seguidores y un número significativo de aspirante. Se vale soñar en grande..