David es colombiano…

Dígalo, grítelo, cuéntele a todo el que pueda. No se quede callado y celebre. Déjese llevar por la emoción, porque lo amerita. Con quien pueda, en especial con los amantes del motociclismo, comparta este momento de felicidad y no olvide que fue un 24 de agosto de 2025, muy de madrugada en el país, cuando el gran David Alonso, nuestro ‘parcero’, consiguió su primera victoria en Moto2, de una manera espectacular e inolvidable, en un trazado nuevo para la categoría, el de Hungría.
Sienta la dulzura de la victoria, como lo hizo David, y déle vía libre a eso que llaman orgullo al saber que la bandera colombiana volvió a lo más alto del podio, como lo había hecho en 18 oportunidades en Moto3.
A los detractores, recuérdeles que siempre se había dicho que era cuestión de tiempo y de paso pregúnteles cuál fue el himno que sonó fuerte y cantó con emoción el vencedor.
Celebre como lo hizo nuestro gran campeón, quien tenía todo el derecho de dar la vuelta de la victoria a su manera, saltando y gritando sobre su moto marcada con el número 80 y saboreando al final una Bon Bon Bum. Recree con palabras cada momento de este Gran Premio y no olvide rememorar cada instante de David en la pista. Traiga a la memoria todo lo sucedido y mantenga en su mente cada momento de esta jornada. Cuénteles a todos los que se crucen en su camino que David partió de octavo y que en la salida perdió tres posiciones, pero de igual manera describa cómo comenzó a construir una de las victorias más emocionantes de su carrera deportiva y que en la última vuelta les arrebató la gloria a Moreira y González.
No se canse de repetir una y otra vez que las primeras victorias tienen un sabor especial y que se hacen a pulso y que son el resultado de un gran trabajo, que a veces no se ve, sino que se sufre.
Comparta las palabras de nuestro campeón, quien tras bajarse de la moto expresó que “esto es increíble. Hemos trabajado muy duro y enfrentado momentos difíciles, en los que tuve que llorar solo por todo lo que había pasado, pero así es este deporte. Me caí varias veces y regresé a la moto porque necesitaba saber si podía ganar en Moto2. Hoy, sobre el final, me enfoqué en no cometer errores y en no pensar en los rivales que tenía que superar, sino al que tenía por delante. Y por fin llegó este gran día que tanto hemos soñado y quizás lo único que me queda por decir es que reserven la mesa para celebrar”.
Y confiese que usted, como el Cuchenials, se dejó llevar por la emoción y que los ojos se humedecieron al ver a David en lo más alto del podio cantando nuestro himno, en un lugar que le estaba siendo esquivo, pero que de seguro volverá a visitar.
Señores, si bien nació en Madrid, David Alonso, como dice la canción, “es colombiano”…