Hubo quienes se sorprendieron cuando el Bayern Múnich pagó una fortuna para fichar a Luis Díaz, de 28 años, procedente del Liverpool, este verano. Pero el colombiano está haciendo que esa inversión parezca una miseria.
La calidad de Díaz es indudable. Ganador de títulos de liga en Colombia, Portugal e Inglaterra —con el Atlético Junior, el Porto y el Liverpool, respectivamente—, el extremo disfrutó de su temporada más prolífica hasta la fecha la pasada temporada, contribuyendo con 13 goles y siete asistencias a la triunfal campaña del Liverpool en la Premier League, bajo la dirección del sucesor de Jürgen Klopp, Arne Slot.
Pero Klopp, no Slot, fichó a Díaz, proveniente del Porto, en 2022, y con 29 de sus 38 partidos de liga en la temporada 2024/25 siendo sustituido por Slot, se sospechaba que Díaz podría salir sobrando en Anfield; sospechas que se confirmaron con su partida en julio.
El Bayern convirtió a Díaz en su tercer fichaje más caro de la historia, después de Harry Kane y Lucas Hernández. Sin embargo, a pesar de lo bueno que era y sigue siendo, existía la percepción de que el Liverpool podría haber salido ganando. El ex centrocampista del Bayern y Liverpool, Dietmar Hamann, sugirió que estos últimos se estaban “riendo” del traspaso.
Pero ahora, esas sonrisas se han grabado en los rostros de la afición del Bayern. Díaz ha ayudado al Bayern a alcanzar la cima tanto de la Bundesliga como de la UEFA Champions League, con cinco goles y cuatro asistencias en sus seis partidos de liga, anotando un gol por cada hora de juego.
“Considerando que esta es su primera temporada y sus primeros pasos en Alemania, ha estado impresionante”, declaró recientemente el entrenador Vincent Kompany. “Su actividad y energía encajan a la perfección con el equipo. Siempre está involucrado, siempre ahí. Trabaja muy duro para el equipo. No tengo ninguna presión sobre Luis Díaz; no le pido que haga cosas que los demás no hacen. Pero, como dije, su energía le sienta de maravilla a este equipo”.
“El equipo me lo está poniendo muy fácil en el campo”, añadió Díaz en una entrevista con Bild.
“Tenemos muchos jugadores excelentes, sobre todo en ataque, que no solo piensan en marcar goles, sino que también ayudan a sus compañeros. Eso me da mucha seguridad y confianza. Es increíble jugar al ataque con ellos. Tienen muchísima calidad. Estoy muy contento y me siento aún mejor y más cómodo”.
Pero quienes le acompañan en el último tercio del campo —la mayoría de las veces Kane arriba, Michael Olise por la derecha y Serge Gnabry en la retaguardia— también deben estar disfrutando de la vida fácil junto a Díaz.
De hecho, Kane ha sido el beneficiario de las cuatro asistencias de Díaz hasta ahora. Él y Olise también tienen permiso para jugar en solitario: los 20 disparos a puerta de Díaz esta temporada son solo superados, a nivel de liga, por los 23 de Olise.
Pero no son solo los números en ataque lo que hace soñar a un entrenador de Fantasy de la Bundesliga.
Díaz también se esfuerza al máximo, presionando desde el frente y recuperando balones arriba, lo que ha contribuido a su promedio de más de cuatro disparos por partido. Su 47% de bloqueos ganados es una cifra impresionante para un extremo esbelto que mide menos de 1.80 m.
Si bien Díaz está registrando números que complacerán tanto a sus entrenadores como a la afición, ya está escribiendo su historia con el Bayern. Su primer doblete en la Bundesliga llegó en la victoria por 3-0 sobre el Eintracht Frankfurt en la sexta jornada, antes del reciente parón internacional, y el primero de esos goles tardó tan solo 15 segundos.
Solo Giovane Elber (11 segundos) y Lothar Matthäus (13 segundos), dos figuras consagradas, han sido más rápidos en ese aspecto.
Kane es el único jugador nuevo del Bayern que ha tenido más participación directa en el gol que Díaz en sus primeros seis partidos, pero esas 11 (ocho goles, tres asistencias) lo convierten en el noveno goleador absoluto. Díaz lo está haciendo principalmente desde la banda izquierda.
Figura popular en el vestuario e imparable en el campo, nadie se ríe de Díaz ahora. Y lo mejor podría estar por venir.