Ford Ranger XL, una pick-up con el overol puesto

En todas las familias algunos se visten de frac y otros se ponen el overol. Y lo segundo es lo que hace precisamente la Ford Ranger XL diésel 4×4, un modelo con vocación de trabajo, más rudo y alejado de los lujos, si se quiere ver de esa manera, pero con una misión especial y es la de convertirse en un gran aliado de las pequeñas y medianas empresas y en un compañero ideal para las labores cotidianas del campo.

De hecho la razón de ser de las llamadas pick up, o vehículos con platón, fue ofrecer un espacio de carga ideal para desempeñar diferentes trabajos, algo que fue evolucionando con el tiempo, permitiendo incluso otra serie de adaptaciones, por lo que las marcas optaron por ofrecer la cabina (sencilla y doble), dejando en la primera la libertad al comprador para adaptar su chasis, dependiendo de las necesidades.

Las pick-up, al menos en Colombia, se han convertido en los últimos años en uno de los segmentos más dinámicos, y de hecho la marca del óvalo, dentro de su nueva estrategia, le ha dado prioridad a este tipo de modelos y a las SUV, alejándose un poco de los sedanes y hatchback, que en su momento aportaron al crecimiento de la americana en el país.

Cuando se habla de pick-up también se está abriendo el abanico a un doble propósito y la posibilidad de contar con un portafolio amplio, que tiene una base y un colofón, el cual se ve representado en los modelos equipados con las últimas tecnologías e innovaciones de las marcas, tomando prestados muchos elementos de las llamadas SUV (vehículos deportivos utilitarios).

Pero en este caso se trata de la versión LT, que toma distancia frente a sus hermanas más sofisticadas, pero lo hace sin complejos y porque de entrada queda en evidencia que hay un sacrificio del lujo con la intención de mantener un mayor costo beneficio.

Porque cuando se habla de la adquisición de un vehículo es importante saber los por qué y los para qué y más si de negocios se trata, en los que la rentabilidad prima sobre algunos lujos ya comunes en el segmento. En otras palabras, cuando se trata de versiones ‘básicas’, como la LT, el objetivo es contar con una herramienta de trabajo, pero no de lujo.

Claro, los genes están ahí presentes y por eso se sabe que se trata de una Ford Ranger, aunque como se ha venido diciendo, es fácil advertir las diferencias, como se pudo comprobar en el modelo que Ford Colombia le facilitó a esta publicación.

Un vehículo, sea cual sea, siempre estará expuesto a diferentes opiniones, pero reiteramos, los modelos hay que entenderlos y tener en claro sus propósitos. Así que para quienes consideran que esta oferta cuenta con unos rines básicos (acero de 16 pulgadas), la respuesta podría ser que a veces “la pinta es lo de menos”. Obvio, todos siempre queremos lo mejor y mostrar nuestras mejores prendas, pero volvemos al comienzo, en las familias unos visten de frac y otros de overol.

La Ranger XL es toda una todoterreno, o en términos actuales, pa’ las que sea, sin miedo a ensuciarse y con un poderío que se siente, especialmente en los terrenos de difícil acceso, porque se está frente a una 4×4. Se percibe poderosa, porque su pinta así la muestra, gracias a una cintura elevada, un capó musculoso, una prominente parrilla trapezoidal y un protector ubicado en la parte inferior en color negro.

Su corazón también es rudo y se aleja de lo sentimental y está representado en un 2.2 litros diésel de cuatro cilindros, el cual desarrolla una potencia máxima de 158 caballos a 3.200 revoluciones por minuto y un torque de 385 Nm entre las 1.600-2.500 RPM. En otras palabras, respuesta casi que inmediata. ¿Y su complemento? Como tenía que ser, una transmisión mecánica de seis  velocidades, una tracción 4×4 y un bloqueador de diferencial trasero (se puede activar por medio de un botón).

Y bueno, una de sus razones de ser, la capacidad de carga y, en ese sentido, las cifras hablan por ella: 1.357 kilogramos. Y otra cifra, que sí viene al caso, una profundidad de vadeo de 800 milímetros.

Interiormente, hay que decirlo, es austera, sin mayores pretensiones, pero con una comodidad que permite desempeñar cualquier trabajo con tranquilidad. Incluso, deja a un lado lo digital y ni siquiera mira de reojo las propuestas de infoentretenimiento  de las ‘perfumadas’ de la familia. Así que cuenta con un sistema de sonido básico y en cuanto a tablero de instrumentos, lo análogo se ‘impone’ sobre lo digital, porque como dirían algunos, “aquí a lo que se vino fue a ensuciarse y a trabajar”.

En materia de seguridad, esta pick-up viene equipada con el AdvanceTrac con control electrónico de estabilidad (ESC) y control de tracción (TCS), lo cual facilita la maniobrabilidad. Tiene también control antivuelco (ROM) control de balanceo de remolque (TSM) y control electrónico de descenso (HDC).

De serie viene con tres airbags (incluyendo el de rodillas para el conductor) y sistema de frenos ABS con EBD. Bueno, se da algunos lujitos, como el control de crucero con limitador electrónico de velocidad (exclusivo en su segmento). En cuanto a la estructura, la Ford Ranger Chasis está diseñada con largueros y travesaños puestos sobre una suspensión de ballestas traseras de gran resistencia.

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