Sensaciones positivas de Sebastián Montoya

Me permito, con todo el respeto y no queriendo ser portador de la verdad, hacer un análisis con lo sucedido esta temporada con Sebastián Montoya, en la Fórmula 3, que ayer terminó en Monza con una carrera caótica, en la que el colombiano no pudo refrendar lo hecho en la llamada Sprint Race, en la que fue despojado del segundo lugar del podio por una penalización.
Y aunque al final en la general terminó en el puesto 17 con 40 puntos, muy lejos del ganador de la serie, el italiano Leonardo Fornaroli (150 puntos), al cierre del campeonato Montoya dejó buenas sensaciones, tanto en Spa-Francorchamps como en Monza, dos circuitos emblemáticos para el mundo de la velocidad. Afirman los que están en la ‘pomada’, que en estas categorías si bien los resultados son importantes y al final terminan pesando en decisiones posteriores, también se valora acciones en la pista y que esas mismas pueden sumar puntos ‘invisibles’.
Pero no hay que olvidar que para llegar a la cima y convencer a quienes tienen el poder de decisión hay que contar con un “paquete completo”. Ahora bien, si se piensa que la Fórmula 3 es el primer escalón sólido y desde donde se empieza a mirar de reojo la Gran Carpa, los errores pueden ser permitidos, pues es una categoría de aprendizaje y precisamente por serlo puede servir para evaluar los procesos y la evolución que tiene un piloto.
Como paso siguiente está la Fórmula 2, serie en la que ya se mira con lupa a quienes están en camino de ocupar los escasos asientos que van quedando disponibles en la máxima categoría del automovilismo mundial. Por otro lado, y eso no debe ser mal visto, pues hace parte de la realidad y hay que utilizar cualquier aspecto a favor.
Sebastián Montoya lleva el apellido de su padre y aunque eso no es un argumento definitivo, eso cuenta y suma, porque querido o no, Juan Pablo ocupa un lugar especial en el mundo del automovilismo, algo que se ganó con su talento, pero que en sus comienzos tuvo el apoyo de varias personas de Colombia (Germán Mejía, Manuel Antonio Lince, Luis Fernando Lenis, Augusto López Valencia y Felipe Santos, por mencionar unos pocos).
Por eso quiero quedarme, como lo dije al comienzo, con las sensaciones que me dejaron Spa y Monza, aunque hay que ser conscientes de que todavía hay mucho terreno por recorrer. Si se da la llamada “alineación de los planetas’, término que a muchos no les gusta, pero que para mí resume una serie de acontecimientos necesarios para encontrar la llave de la F1, Sebastián podría lograrlo. De hecho, de toda la camada de jóvenes, es el único que queda en el camino, pues si bien hay otros jóvenes talentosos en Europa, ellos tomaron la decisión, desde mi punto de vista acertada, de buscar un espacio en otras categorías, pues no hay que olvidar que el automovilismo no es solo Fórmula Uno.
El tiempo, al final, termina siendo el juez y desde esta pequeña tribuna esperamos que la sentencia final sea la de un nuevo colombiano en la Gran Carpa. Saber que se puede y creer que se puede. Se vale soñar en grande…
Juan Carlos Salgado Jaramillo
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