Sebastián Montoya, por el camino correcto

No causa sorpresa el anuncio de la llegada del piloto colombiano Sebastián Montoya a la Fórmula 2, el último paso que sobre el papel lo separaría de la máxima categoría del automovilismo mundial. Para poner en contexto, es como si en el momento que vivió su padre se estuviera dando el paso a la Fórmula 3.000.

Lo que falta por saber es cuál será el equipo, pero se atreve uno a afirmar que debe ser uno de los de punta, pues nadie más que Juan Pablo sabe la importancia de ello y más en un deporte como el automovilismo, en el que juegan muchas circunstancias y una de ellas, precisamente tiene que ver con el material que se cuenta para brillar.

En ese orden de ideas y si, guardando las proporciones, se diera un proceso parecido al de su progenitor, Sebastián podría estar dos años en esta serie, aún cuando no es una verdad de a puño, pues en otras oportunidades y en otras historias el encontrar la llave para abrir la puerta de la ‘Gran Carpa’ se puede dar de manera acelerada. Lo que sí se puede decir es que en esa pirámide, en la que el camino se hace cada vez más estrecho, él ya se encuentra muy cerca de la cima, aunque hay que afirmar también que de por medio todavía existen muchas circunstancias.

Y, de igual manera, que tuvo que ponerse un buen dinero sobre la mesa y debió haber existido un gran esfuerzo familiar, que de seguro se sumará al apoyo de algunos patrocinadores que ayudan a cerrar la brecha económica. Así las cosas, podemos afirmar que en 2025 los deportes a motor estarán de plácemes y habrá muchos fines de semana para estar atentos a los acontecimientos.

Por un lado estará Sebastián Montoya, en F2, y por el otro David Alonso, en Moto3. Y cómo es la vida, ninguno de los dos abrió sus ojos en este país, pero cada uno de ellos lleva la bandera tricolor en su corazón. Saber que se puede y creer que se puede. Se vale soñar en grande…