El ‘Porsche colombiano’ de Juan Camilo Bueno
Y los sueños sí se convierten en realidad… Eso lo puede afirmar hoy con seguridad Juan Camilo Bueno, un hombre de los que se dice lleva gasolina en sus venas, de esos que nacieron con un corazón que palpita a miles de revoluciones, como los motores de competición. El brillo de su mirada lo delata y da cuenta de que está pasando por esos momentos que llamamos felicidad. Y tiene razones para que así sea, pues el hecho de estar acompañado por su madre, Alicia Delgadillo, para dar a conocer su último proyecto, el ‘Porsche colombiano’, lo llena de orgullo, como también saber que su auto fue elegido como el más bonito del Motor Car Movement Show, el evento que se ganó el título del Sema Latinoamericano.
Sus ojos se humedecen y sus palabras no pueden esconder su emoción, pero de igual manera parecen convertirse en una pantalla mental que le permite recordar los orígenes y todo el tiempo que tuvo que para para llegar a este instante. “Todo tiene un comienzo y esa llamada fiebre del automovilismo y pasión por el mundo del motor cuando se mete en las venas es imposible salir de ella. El automovilismo ha siso una bendición para nuestra familia, porque nos ha unido y nos ha llevado a tener proyectos comunes, al punto que este amor por el deporte ha llegado a otras generaciones, como mis hijos que ya están compitiendo”.
Su mirada, de un momento a otro, se dirige hacia la figura de su progenitora, y afirma con voz entrecortada: “Ella es la responsable, porque le fascinaba la velocidad y nos llevaba a los piques ilegales que se realizaban en el barrio La Alhambra, al norte de Bogotá, pero también nos patrocinaba los carros de balineras en los que nos botábamos en las calles empinadas del centro de la ciudad”.
No obstante, Juan Camilo, quien también lleva el mundo de la publicidad y el mercadeo en sus venas, confiesa que “tristemente no seguí el sueño de ser un gran piloto, sino que lo postergué en el tiempo, pues empecé a correr muy tarde y quizás por eso los autos en los que compito tienen números altos para recordarme que uno no debe aplazar los sueños”. Con estas afirmaciones Juan Camilo pretende dejar un mensaje a la juventud colombiana “que se merece tener sueños y cumplirlos. Debemos trabajar, desde el espacio que nos corresponda, para que cada vez haya más oportunidades y para que más jóvenes pueden llegar a este deporte”.
Su atención de centra ahora en la silueta del auto de sus amores, el llamado ‘Porsche colombiano y de nuevo queda en evidencia que muchas imágenes regresan a su pantalla mental. “Es una historia muy linda, porque hace muchos años encontramos el vehículo abandonado en un taller. El carro tenía muchos problemas y una cantidad de inconvenientes, pero logramos subsanar todas las deudas y quedarnos con él. Pero tenía una particularidad y era que no servía para correr porque se trataba de un Cabriolet (convertible), así que nos dimos a la tarea de mirar carros con techo con las mismas características y nos tocó tomar las medidas a escondidas y utilizando tarjetas de crédito y fotografías para sacar la proporción exacta y así fue cómo empezamos a construirlo”.
Para tal fin encontró todo el respaldo del talento criollo, de ese que se da por miles en el barrio Siete de Agosto de Bogotá y que en este caso estuvo representado por Heber Antonio Tapias, “un hojalatero con una capacidad mágica para trabajar, con una seriedad y un cumplimiento impresionante. Fue como guiados de la mano de él ‘punteamos’ el techo y no lo pegamos completamente y con base en su estructura hicimos el rollbar para poderlo soldar 360° en cada tubo”, destaca Juan Camilo.
Y aunque todo parecía fluir, se hizo necesario parar por un tiempo, “porque se nos acabó la plata para continuar. Entonces, Juan Camilo sacó a relucir toda su experiencia en el mundo de mercadeo y “pudimos armar un proyecto muy lindo en desarrollo de marketing y de marca, que nos permitió hacer parte del Motor Car Movement Show, en el que para nuestra fortuna fue elegido como Best Show por los jurados. Nuestro carro ha sido visto por miles de personas y estamos demostrando que a través de las redes sociales se puede hacer un despliegue para el posicionamiento de marca, pero además con interacción de los productos y BTL. Les presentamos el proyecto a Bet Play, Fly Pass, Interstate Batteries y Castrol Edge y nos compraron la idea. Esta es una manera de hacer patria, pues en la medida que más muchachos estén en los talleres trabajando y aprendiendo oficios, además de más muchachos practicando deportes, vamos a ser mejores colombianos”.
Son muchas las historia que Juan Camilo tiene que contar alrededor de este proyecto, entre ellos la del propulsor o corazón: “Trajimos un motor Porsche de Estados Unidos sin garantía e infortunadamente perdimos la plata. Nos tocó hacer un cambio y documentarnos sobre las prestaciones de tecnología y encontramos que la mejor opción era un Subaru STi de 2.5 litros, un Boxer de pistones horizontales y ese fue el que utilizamos. Hicimos las adecuaciones con Alejandro Torres, de Altec Motorsports y fue una labor especial en la que finalmente logramos adaptarlo. También trajimos la caja Subarugears desde Australia con el inversor, porque todos los Subaru tienen la caja adelante; la pusimos atrás y eso nos permitió que la primera quede adelante, como cualquier carro convencional, con prestaciones espectaculares, pues con cuatro cilindros hace lo mismo que un seis cilindros de Porsche, pero además con la ventaja de un auto de competencia y es que es 28 kilos menos pesado que un motor original”.
Pero el proyecto va mucho más allá, pues como lo comparte Juan Camilo, “hicimos un convenio con el TC 2000, para mí el mejor campeonato de automovilismo del país y lo digo con humildad, pues cuenta con la mayor cantidad de pilotos nacientes y experimentados. Y la noticia es que por primera vez esta categoría va a contar con un carro de seguridad y Safety Car comercial, que además de ver las condiciones de la pista sean las adecuadas para competir, también va a servir para que la gente interactúe con las marcas, pues el objetivo es que nuestro deporte crezca”.
Y también estará en la pista y engalanando el CNA (Campeonato Nacional de Duración), “en el que competirá directamente con un BMW traído directamente desde Alemania, otro que fue desarrollado en Colombia, un Audi, un Camaro, un Mustung y el Oldsmobile de la familia Fajardo. Será un renacer de la categoría, porque todos crecimos viendo en la pista los Mustang, los Camaro y los Corvette, y ojalá otros propietarios se animen, porque de verdad estos modelos hacen volar la imaginación”.
Juan Camilo no puede apartar la mirada de su Porsche y afirma, de nuevo con la voz entrecortada, que “es como mi cuarto hijo. Verlo me llena de emoción y se me hincha el corazón al saber que fue elegido como el carro más bonito de la exposición. Este es el sueño por el que he luchado tanto y que reúne toda la pasión. Es el Porsche en miniatura de los juegos infantiles convertido en realidad”.