El triste adiós a un matrimonio entre Renault y Auto Stok

En un día lluvioso como el de hoy, esos que hacen que muchas personas afirmen que el “cielo tiene razones para llorar”, y al pasar por una de las zonas más importantes de ventas de vehículos, la de Morato, el Cuchenials (Juan Carlos Salgado Jaramillo) se encontró con una sorpresa, y es el desmontaje de los avisos de Auto Stok y de Renault. Y no se trata de una remodelación, sino simplemente del final de un matrimonio, que se inició en 1984.
Y este hecho produce tristeza, porque quienes conocemos a don Alirio Alarcón y su historia, sabemos que este emprendedor, de sangre boyacense, se la jugó entero por la marca del rombo, incluso poniéndole el pecho a la brisa en momentos complicados para la francesa. Don Alirio, además, se ´prestó’ en múltiples oportunidades para que su concesionario fuera el ‘laboratorio’ o ‘conejillo’ para diferentes proyectos de posventa e incluso sacó de muchos aprietos a altos directivos que no sabían que hacer con la llegada de algunos modelos al país, pero él encontró la manera de ponerlos en el mercado. Por otro lado, fue de los primeros que abrió el sendero en el sur de la ciudad, con concesionario en Madelena y eso hay que reconocerlo.
Hace unos años hice una nota con él, que me valió el premio de periodismo de Mobil, la cual hace parte del libro ‘Crónicas de Velocidad’, y en ella queda reflejado como ‘un hombre de taller’, como lo llamé en ese entonces, logró construir una gran empresa y siempre al servicio de Renault. Don Alirio, como se dice popularmente, trató de ‘salvar los muebles’, entrando a la ley de reorganización y de esta manera intentó salvar el trabajo de más de 300 personas que hacían parte de la familia Auto Stok, pero la presión terminó por ganar la batalla y el único camino que encontró fue entregar la representación.
Quienes me conocen saben que soy muy romántico y que siempre le doy prioridad al corazón y que se me hace difícil entender esa frase carente de sentimientos, “negocios son negocios”. Quizás porque siempre he puesto por delante algo que es muy trascendental en mi manera de ver la vida, y es la gratitud, que a mi juicio, debe ser tenida en cuenta cuando aparecen los nubarrones. Y con todo el respeto que me merece la industria y las marcas, me atrevo hoy, con el corazón arrugado al saber lo que sucede con Auto Stok, hacer una reflexión y es que en esta llamada cadena, los concesionarios son grandes aliados y que se debe hacer todo lo que esté en las manos para salvaguardar su continuidad.
Ellos, los dueños de los concesionarios, y siempre no lo han dicho en las presentaciones de los nuevos modelos, a los que hemos acudido en conjunto, son un eslabón fundamental en el crecimiento de cualquier marca, pues al fin y al cabo son los que ponen la cara ante los clientes. El ejercicio de la profesión, y este tal vez es un mensaje para las nuevas generaciones, me ha enseñado que en esta industria se debe pensar a largo plazo y que no se trata de vender a toda costa o de presentar números o ser los mejores, muchas veces en detrimento de sus grandes aliados. Pero es una opinión personal que, reitero, la digo con respeto y sin querer hacer un juicio de valores. Eso sí, me ratifico en que la “gratitud” se ha ido perdiendo y que nunca debemos olvidar a quienes nos brindaron su apoyo cuando más se necesitaba.
Espero que don Alirio encuentre la luz y el camio de la prosperidad y de hecho sé que así será, porque si de resiliencia se trata, él es un verdadero ejemplo. Saber que se puede y creer que se puede. Se vale soñar en grande…